miércoles, 11 de noviembre de 2015

Por si acaso

Creo en el amor como idioma.

Por eso, ahora que sé que te quiero bien y en silencio, me queda la tranquilidad de saber que puedo (y quiero) gritar que siento el amor como quien se emociona en una tarde de café, se acurruca en unas sábanas de domingo y odia el inquietante vaivén de la línea recta.

Me quedo tranquilo, porque sé que aunque nos hayamos ido, te añoro con la extrañeza de quien sueña cuentos infantiles o se imagina bajando al fondo a ver los barcos hundidos.

Y por si acaso este es el último texto que te escribo, te diré que he aprendido a quererte y me duele este sin ti como si fuese una resaca de año nuevo.

He llegado a la conclusión de que escribirte es la única manera de mantenerte viva en mí, ahora que has tenido que largarte, ahora que este nunca más ahoga como una mala pesadilla.

Como un mal recuerdo.

Por eso he aprendido a quererte. Porque te amo libre. Porque te quiero siempre.

Y por si acaso este es el último texto que te escribo:

No te vayas. Aunque no te quedes.

No te vayas.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Te quiero para toda la vida, por eso nunca me enamoraría de ti

“Te quiero para toda la vida,
por eso nunca me enamoraría de ti”

Alejandra Saiz

Ojalá nunca me hubiese enamorado de ti,
porque te quería para toda la vida.

Ya son varios días observando la nada,
apaciguando esta guerra interior,
este aquelarre de ideas
que me despierta por las noches
y me corta el habla.

Hay rastros de ti por toda la habitación.
Aún guardo aquella caja con tus cartas,
y siguen clavadas tus fotos en el corcho.

He vuelto al cine sin ti.
He pasado por nuestro banco de siempre.
He caminado frente a tu portal,
recordando canciones de Pablo,
                    quizá por eso suelo recordar lo que hice mal.

Por eso sé que te siento, 
                    porque te escribo.

Te escribo porque sé 
que ahora
es la única manera que tengo de seguir recordándote.

Te escribo porque prefiero 
hacerte reír en mis letras
que vivir con la sensación de que te has ido para siempre.





No me duele esta libertad a medias,
ni me inquieta caminar desterrado por el pasillo a media noche.





Lo triste 
es que no sea contigo.